Amado Hijo Elias: el cierre de la misión que me encomendó el Ilustre Iniciador de la Bandera de la Paz, Nicholas Roerich fue fantástico, superando todo lo que pude imaginar; ayer, entregué más de cien Banderas de la Paz, más la del Alcalde, la de la Institución Corazón A.C y la Bandera Monumental, que quedó ondeando en el Jardín Morelos de la bella Ciudad de Morelia.
Todo fue armonía en la gran organización. Después de izar la Bandera Monumental, se desbordó el cariño de la gente por mi, uniendo la admiración por mi labor de 62 años en la Televisión y mi misión de 37, como ser humano.
En ese derroche de amor recibido de los cientos de asistentes presentes, me viniste tu a la mente, cuando eras muy pequeño y se me arremolino la gente, ya que estaban pasando una telenovela mía en Estados Unidos, tú tan pequeño, te pusiste al frente de mí ante la multitud y les gritaste: "ES MI MAMÁ, DÉJENLA EN PAZ" HIJO TE ADORO Y A TI TE DIGO "MISIÓN CUMPLIDA"
Agradezco en el alma a mi amado maestro, el ilustre Nicholas Roerich, iniciador de la Bandera de la Paz, el haberme escogido entre todas las mujeres del mundo, para llevar el mensaje de la Bandera de la Paz de la Unidad en la Diversidad al Planeta, y haberme entrenado espiritualmente durante varios años, para poder llevar el mensaje a millones de personas, del símbolo Sagrado, que a decir de la NASA, es como comienza el Universo: con 3 explosiones y un círculo.
Agradezco de corazón a todos los colaboradores que he tenido durante 37 años en distintos países. Agradezco a los Organizadores del Premio Nobel en Oslo, por haberme nominado para el Premio Nobel de la Paz en 1997, por mi labor en pro de la Paz en el Mundo.
Agradezco a Televisa el haberme invitado, para enviar el Mensaje de la Bandera de la Paz, a más de cien millones de personas en distintos países.
Cierro este ciclo de 37 años de misión en Paz Profunda y alegría, entregando 137 Banderas de la Paz, en la bella Ciudad de Morelia, México.
Dra. Alicia Rodríguez
Presidente del Comité Internacional de la Bandera de la Paz
En la clausura de Ciclo de 37 años, de la misión que me encomendó el Ilustre Nicholas Roerich