Comité Internacional de la
Bandera de la Paz

Hago un alto en mi vida y veo que me están festejando en diversos Países por mis 30 años de misión con la Bandera de la Paz, llevando al Mundo el mensaje de su ilustre Iniciador Nicholas Roerich, como un aporte a la CULTURA DE LA PAZ.

En el plano terrenal, 30 años es mucho tiempo, pero en el plano espiritual, tal vez es un segundo o tal vez eones de tiempo preparándose para cumplir la misión que nuestra alma está destinada a cumplir.

La historia es tan inverosímil que es difícil de creer, si no se cree en diversos planos de conciencia y en Maestros Ascendidos, que están al cuidado de nuestro Planeta Tierra.

Qué liberada me siento de poder comentar esto que parece ciencia ficción.

En 1985, en mis meditaciones, ya aparecía un Maestro que no era ninguno de mis Maestros habituales. Su rostro era diferente, algo oriental, con los ojos rasgados hacia arriba y una vestimenta extraña para mí.

Él me tomó a su cuidado y en mis meditaciones aparecía frecuentemente, en una montaña nevada que Él me dijo era "Kanchenyunga" rodeada de un cielo completamente azul. Abría nuestro encuentro con las palabras "Estamos en la cima de la montaña". Me entrenaba practicando todas las virtudes que debía tener, la mujer que llevaría por el Mundo la Bandera de la paz: Amor, tolerancia, comprensión, humildad, valor, serenidad y sobre todo paz"

El me dio una clave, que yo debería dar a una persona en Rusia, para que Ella supiera a ciencia cierta que yo era la persona que el Maestro había escogido para llevar la Bandera de la paz por el Mundo a finales del Siglo XX y a principios del Siglo XXI.

Con este entrenamiento, empecé a dar charlas sobre Nicholas Roerich y la Bandera de la Paz. Cientos de Instituciones en México se interesaron en el tema en 1986, pero como Televisa me permitía hablar sobre la Bandera de la Paz a veces, ante más de cien millones de espectadores, pronto me empezaron a llamar de otros Países para que les entregara la Bandera de la Paz. Así, hemos llegado a entregar más de 3,200 Banderas en el Mundo a Presidentes de Naciones, Gobernadores, Alcaldes, Instituciones Culturales, e Iglesias de distintos Credos, que se incorporaban a nuestro Programa "Juntos construimos la Paz" que a la fecha tiene incorporados más de 400,000 estudiantes aprendiendo a ser MEDIADORES DE PAZ.

Al principio, el Pacto Roerich, estaba olvidado, así como Roerich y la Bandera de la Paz. Empecé sola, pero ahora al cabo de los años, tengo docenas de Colaboradores en distintos Países, gracias a quienes continúa activo el Comité Internacional de la Bandera de la paz, que fundó el ilustre Nicholas Roerich.

Así hemos caminado treinta años que como dije al principio pueden parecer en otro plano, unos segundos o eones de tiempo.

La labor ha sido hecha y continuará con miles de seguidores que aman la Bandera de la Paz.

Agradezco profundamente a Alexei Bondarenko, Director del precioso Museo Estatal de la Familia Roerich en San Petersburgo, el cálido homenaje que me brindaron el 30 de Julio 2016, donde compartí con amigos como Mijael Tchiriatev a quien conocí desde 1988, la primera vez que entregué la bandera de la Paz en Moscú al Pueblo Ruso en la Unión de escritores. Me encantó compartir con Vlad Monastyrskii, Svetlana y Slava Sapolev, Nadiay Vladimir Garbarenko y tantos entrañables amigos.

Gracias por venir desde tan lejos a San Petersburgo para compartir conmigo.

Agradezco la valiosa colaboración del traductor del ruso al español Aleksandr Poushkanov, que tanto me ayudó a la comunicación entre los dos idiomas.

Dra. Alicia Rodríguez